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Mostrando entradas de diciembre, 2021

Clásicos para la vida, Nuccio Ordine

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El acto mismo de la enseñanza puede revelarse, en efecto, como una forma de resistencia a las leyes del mercado y del beneficio: si en una transacción comercial hay siempre una pérdida y una ganancia (si compro una pluma, gano la pluma y pierdo el dinero; el comerciante, por su parte, gana el dinero y pierde la pluma), en una «transacción» intelectual un docente puede enseñar la fórmula de la relatividad de Einstein sin perderla, dando vida a un proceso virtuoso en el cual se enriquece al mismo tiempo quien recibe y quien da (¡cuántas veces, en clase, la observación de un estudiante o un silencio elocuente han resultado preciosos para el profesor!). ... «MENDEL EL DE LOS LIBROS» STEFAN ZWEIG (1881-1942) … Ein kostbares Buch in der Hand haben zu dürfen bedeutete für Mendel, was für einen andern die Begegnung mit einer Frau. Diese Augenblicke waren seine platonischen Liebesnächte. Nur das Buch, niemals Geld hatte über ihn Macht. Vergebens versuchten darum groβe Sammler […] ih

La Navidad para un niño en Gales, Dylan Thomas

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Por aquellos años, las Navidades se parecían tanto unas a otras en aquel remoto pueblo pesquero, Navidades carentes de todo sonido excepto del murmullo de voces distantes que sigo oyendo algunas veces antes de dormir, que nunca consigo recordar si estuvo nevando durante seis días con sus noches cuando yo tenía doce años, o si nevó durante doce noches y doce días cuando tenía seis. ...  —¿ Los peces podrán ver que está nevando?

La salvación de lo bello, Byung-Chul Han 

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Lo pulido La comunicación visual pulida e impecable se lleva a cabo como un contagio sin distancia estética. La exhaustiva visibilidad del objeto destruye también la mirada. Lo único que mantiene despierta la mirada es la alternancia rítmica de presencia y ausencia, de encubrimiento y desvelamiento. También lo erótico se debe a «la puesta en escena de una aparición-desaparición»[ 9], a la «línea de flotación de lo imaginario»[ 10]. La permanente presencia pornográfica de lo visible destruye lo imaginario. Paradójicamente, no da nada a ver. ...  La depilación brasileña deja el cuerpo pulido. Encarna el actual imperativo de higiene. Según Bataille, la esencia del erotismo es el ensuciamiento. En consecuencia, el imperativo higiénico sería el final del erotismo. El erotismo sucio deja paso a la pornografía limpia. Precisamente la piel depilada otorga al cuerpo una pulidez pornográfica que se percibe como pura y limpia. La sociedad actual, obsesionada por la limpieza y la higie

Un verdor terrible, Benjamín Labatut

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Azul de Prusia Clara Immerwahr–la primera mujer en recibir un doctorado en química de una universidad alemana– no solo había visto el efecto del gas sobre animales en el laboratorio, sino que había estado muy cerca de perder a su marido, cuando el viento cambió de súbito en una de las pruebas de campo. El gas sopló directo hacia la colina desde la cual Haber, montado sobre su caballo, dirigía a sus tropas. Fritz se salvó de milagro, pero uno de sus ayudantes no pudo escapar de la nube tóxica; Clara lo vio morir en el suelo, retorciéndose como si hubiera sido invadido por un ejército de hormigas hambrientas. Cuando Haber regresó victorioso de la masacre de Ypres, Clara lo acusó de haber pervertido la ciencia al crear un método para exterminar humanos a escala industrial, pero Fritz la ignoró por completo: para él, la guerra era la guerra y la muerte era la muerte, fuera cual fuera el medio de infligirla. Aprovechó su permiso de dos días para invitar a todos sus amigos a una

La Antártica empieza aquí, Benjamín Labatut

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Deseo Volvieron a hablar de literatura, compitiendo por quién había leído más, quién conocía mejor la biografía de sus autores favoritos. Adoraban a Gombrowicz, despreciaban a todos los narradores chilenos salvo a Bolaño; Kafka, Sebald y Carver eran intocables, y Vallejo era el mejor poeta de Latinoamérica, tal vez de todo el mundo. Una vez que hallaron terreno común, no hubo cómo detenerlos; que Philip K. Dick era una antena que recibía estática del futuro, y Pessoa una reencarnación grupal, como los hombres que viajaban dentro de John Malkovich. Hablaron de escritores ciegos, borrachos o suicidas. ¿Conocían a algún escritor asesino? Burroughs le había disparado a su mujer en la cabeza, jugando a ser Guillermo Tell, pero era más un accidente que un asesinato, dijo Marcel. Asesinos no había muchos, en general se mataban a sí mismos. ...  Alfredo en cama Déjalo todo, me dijo la última vez que nos vimos; desaparece, y nunca te atrevas a mirar atrás. Le respondí que estaba dis

Eduardo Halfon, Mi abuelo mató al último tigre

Al menos eso es lo que me pareció escuchar a Kullu. Estábamos paseando por un barrio berlinés llamado Grunewald que está lleno de mansiones antiguas y nuevas, y que limita con un bosque en el que viven zorros, mapaches y jabalíes, y con una serie de lagos en los que los berlineses, siguiendo una tradición alemana de finales del siglo XIX conocida como Freikörperkultur, nadan y toman el sol desnudos. Jalambaba, continuó Kullu. Ese era el nombre de mi abuelo. Murió antes de que yo naciera. Mal aparcado en la calle, frente a una taberna de cerveza, brillaba un Ferrari de color amarillo yema. Cuando era niño, decía Kullu, mi abuela me contaba que una noche, a finales de 1964, Jalambaba se escondió dentro de su establo en las afueras de Mukpat, nuestro pueblo, que está a pocos kilómetros de las cuevas budistas de Ajanta. A través de un agujero en la pared, Jalambaba pudo ver la silueta de su vaca muerta sobre la hierba. Con una escopeta de un solo cañón en las manos, esperaba que el depreda