Clásicos para la vida, Nuccio Ordine


El acto mismo de la enseñanza puede revelarse, en efecto, como una forma de resistencia a las leyes del mercado y del beneficio: si en una transacción comercial hay siempre una pérdida y una ganancia (si compro una pluma, gano la pluma y pierdo el dinero; el comerciante, por su parte, gana el dinero y pierde la pluma), en una «transacción» intelectual un docente puede enseñar la fórmula de la relatividad de Einstein sin perderla, dando vida a un proceso virtuoso en el cual se enriquece al mismo tiempo quien recibe y quien da (¡cuántas veces, en clase, la observación de un estudiante o un silencio elocuente han resultado preciosos para el profesor!).
...
«MENDEL EL DE LOS LIBROS» STEFAN ZWEIG (1881-1942)
… Ein kostbares Buch in der Hand haben zu dürfen bedeutete für Mendel, was für einen andern die Begegnung mit einer Frau. Diese Augenblicke waren seine platonischen Liebesnächte. Nur das Buch, niemals Geld hatte über ihn Macht. Vergebens versuchten darum groβe Sammler […] ihn für ihre Bibliothek als Berater und Einkäufer zu gewinnen: Jakob Mendel lehnte ab.
… el hecho de poder tener un valioso libro entre las manos significaba para Mendel lo que para otros el encuentro con una mujer. Aquellos instantes eran sus noches de amor platónico. Tan sólo el libro, jamás el dinero, tenía poder sobre él. Por eso, los grandes coleccionistas […] intentaron en vano ganárselo para su biblioteca como consejero […] Jakob Mendel se negaba. 
CEDER AL PODER DE LOS LIBROS Y NO DEL DINERO 
En este breve relato, Zweig narra la historia de un legendario y misterioso judío que dedicaba sus días a los libros, sentado en un rincón del café Gluck de Viena: «Allí, en aquella mesa y sólo en ella, leía sus catálogos y sus libros, tal y como le habían enseñado a hacer en la escuela talmúdica, canturreando en voz baja y balanceándose». 
Jakob Mendel leía como si estuviera en trance: «Leía con un ensimismamiento tan impresionante que desde entonces cualquier otra persona a la que yo haya visto leyendo me ha parecido siempre un profano». Una vida bajo la insignia de las páginas impresas y de los catálogos («Dejando a un lado los libros, aquel hombre singular no sabía nada del mundo»). 
Pero al estallar la Primera Guerra Mundial, debido a ciertos formalismos burocráticos sobre su ciudadanía, acaba en la cárcel. Tras dos años sufriendo penalidades en un campo de concentración, Mendel puede regresar a Viena en 1917 con la ayuda de unos respetables coleccionistas. Pero «Mendel ya no era Mendel, como el mundo no era ya el mundo». Tampoco el café Gluck era ya el café Gluck. Mendel, que había vivido pobre en él («El dinero no tenía espacio alguno dentro de su mundo»), es rechazado por el nuevo propietario: «Con los nuevos muebles y la brillante caja registradora de aluminio, Florian Gurtner había adquirido también la grosera mentalidad de aquellos tiempos acaparadores». 
El antiguo mundo (el libro se publicó en 1929) da paso a una nueva realidad en la que el amante de los libros ya no es considerado un «miraculum» sino un «parásito incómodo, inútil». 28 de noviembre de 2014
... 
«CAMPO DI FIORI» CZESLAW MILOSZ (1911-2004)
Y el pensamiento del poeta se detiene en «la soledad de los que perecen» («Pero yo entonces pensaba | en la soledad de los que perecen») y en el rápido declive del recuerdo («Y para los que perecieron, solitarios, | olvidados ya del mundo»). Sin embargo, muchos años después, acaso suceda también que «En un nuevo Campo di Fiori | se alce en sedición la palabra del poeta».

Entradas populares de este blog

La salvación de lo bello, Byung-Chul Han 

Mendel el de los libros, Stefan Zweig