Mateo perdió el empleo, Gonçalo M. Tavares

 




Anna tenía que tratar algunos asuntos y Mateo era indispensable. Están ahora en uno de los últimos pisos, ya sentados frente a un funcionario. Este, dadas las circunstancias, derrochaba una simpatía tan excesiva que se derramaba por el suelo, desperdiciándose. Alguien la barrería y a nadie más le serviría.
Notas sobre Mateo perdió el empleo (Epílogo)
1
Estamos locos porque tenemos tiempo: las funciones y la necesidad guardan unos minutos entre una exigencia y la exigencia siguiente. Nos hemos vuelto locos por el tedio, pero también por un exceso de preguntas. 2 La interrogación es esencial.
5
Volver a casa es fácil, basta con no equivocarse de camino. Lo difícil es no volver a casa: lo que necesitas es no querer reconocer, de nuevo, el camino. 6 Baumann
9
Por ejemplo, si el alumno quiere suicidarse siempre puede tirarse por la ventana, pero en este caso caería sobre el mal olor, sobre cosas que asquean, y el suicidio nunca quiere caer sobre cosas asquerosas, lo que quiere es caer sobre la nada, sobre una cosa que haga que yo deje de llorar.
15
Camer y la encuesta. 
El problema siempre es este: siempre estás tú en la posición de ser preguntado. Mi libertad es, pues, nula. Solo puedo responder. La idiotez común es esta: que la persona piense que está libre porque puede responder, porque puede escoger. La gran diferencia es esta: estás obligado a elegir; sí, no, y es esa obligación la que te roba la libertad mínima. Ni prefiero no, ni prefiero sí. Sino todo lo contrario.






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