Carne de pixel, Agustín Fernández Mallo

 




▪ Quiero pensar que era tu piel tan suave que yo no la sentía. Sólo eso.

...

▪ tú y yo nunca llegamos a discutir de estética, lo único que nos unía. Lo único porque estética y ética son lo mismo, una pose ante el mundo. Discutimos y mucho de esas otras visiones en apariencia simples, como abrazarte por detrás para besarte y ver pájaros desde tu ventana. Quisimos interpretarlos, interrogar la honestidad de la naturaleza, sin saber que tal cosa no existe, que todo es artificio. Hasta que mi mano telarañándose más abajo de tu cintura. Cerrabas los ojos [bendita seas]. Yo con tu Lucky hacía un agujero en un mapa.

...

▪ [no es descabellado], se podría suponer que lo que no llegamos a vivir resultó del todo prescindible. Nadar en verano, cambiar de coche, comentar un poema de Burroughs, proyectar un hijo, pasar juntos un constipado. Pero yo me adhiero a lo que decía Brines, no desdeñes los placeres vulgares, tienes la edad justa para saber que se corresponden exactamente con la vida, [o algo así].


Entradas populares de este blog

La salvación de lo bello, Byung-Chul Han 

Mendel el de los libros, Stefan Zweig