Mañana y tarde, Jon Fosse



II 
...aquí se sentaba él y frente a él se sentaba Erna, piensa Johannes, y agarra el paquete de tabaco y se lía un cigarrillo, un cigarrillo de buen tamaño, y coge la cajita de cerillas y se enciende el cigarrillo y le da una buena calada y otra y por cada calada que da suele notar cómo el tabaco se le extiende por los brazos y las piernas, cómo le sosiega o algo así, no sabría cómo expresarlo, piensa Johannes, pero hoy no nota nada y mira que es raro, porque de toda la vida le pasa que hasta que no se fuma unos cuantos cigarrillos, es como si no entrara del todo en la vida, piensa Johannes, y con el cigarrillo en la boca se levanta y coge la cafetera, se acerca a la pila, abre el grifo, echa agua, vuelve a cerrar el grifo y luego coloca la cafetera sobre la placa de la cocina y la enciende, y se queda mirando la cafetera, tan brillante y tan bonita, y se le viene a la cabeza un señuelo de pesca, tan brillante y tan bonito, y eso de que el señuelo no se hundiera aquel día que Peter y él salieron a pescar, eso sí que fue increíble, piensa Johannes,

 

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