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El año de la muerte de Manuel Ray Olvido-Parte 2

           La vida se desvanece entre jadeos, ojos abiertos que miran al vacío, palabras en la frente, la vida se desvanece mientras las dos mujeres van en ayuda. Luego todo es final. Final y adiós, último suspiro que no puede ser palabra y tú estás ahí y te invade la tristeza nunca vista, tal vez leída pero alejada de este momento real donde no tiene cabina nada más. Y su rostro lánguido, lleno de pena, una pena que estás viendo y recibida como un hallazgo lleno de cosas que no llegas a concebir en palabras.     La realidad mucho más intensa que cualquier lectura del pasado. Besabas hojas, hoy besas una mejilla helada, aunque no mucho, mejilla que afeitaste el día anterior donde él tersaba el labio para dejarse acariciar como nunca antes.     Le preguntabas y él decía algo que no podías traducir, no había idioma para deletrear ese rostro. Ahora recuerdas su cara, su mirada, sus ojos y sabes que te acompañarán siempre. El dolor no tiene apellidos. 

El año de la muerte de Manuel Ray Olvido

      A las 9:50 ofreció su último estertor de queja, paciencia, lástima, belleza al mundo. No hubo Dios en la habitación, ni ahora ni antes, no hubo santidades ni imágenes históricas, hubo palabras de un hombre, susurros, caricias, frases de amor y momentos de belleza humana, hubo un hijo y un padre, un pasado y un presente, hubo un todo que respiraba en cortes de aliento urgente, nada más, nada menos.     Queda el sufrimiento durante semanas, boca que no se abre, alimento que no llega, agua que salva, aire fresco que reconforta, noches y días tristes y gritos de gente de fuera para calmar su ira, hijas que lanzan insultos y se apropian del ser, para mitigar su inmundicia. Él no supo que fue ahogado por la falta de amor de la hija, vestida de cordero con colmillos de osa, dando zarpazos a toda moneda que se escapaba de su control.     Ella sembró maldad cada día de su visita, él no supo verlo, cegado por la necesidad de no sentirse solo ante el dolor del sufrimiento. La madre estaba a