Maneras de estar solo, Eloy Sánchez Rosillo


DEJADME AQUÍ
 
 
 
Dejadme aquí, sumido en la penumbra
de esta habitación en la que tantas horas de mi vida transcurrieron.
Es tarde ya. La noche se aproxima
y hoy —no sé por qué— más que otras veces necesito
quedarme solo y recordar muy lentamente
algunas cosas del pasado,
ciertas historias ya casi perdidas,
mientras el sol se aleja y la ciudad va hundiéndose en la sombra.
...
TARDE DE JUNIO
 
 
 
Ahora, juntos, vivimos la hermosura
de esta tarde de junio,
el fulgor de las horas en que nos entregamos
al conocimiento de la verdad del amor,
a la gran llamarada del encuentro.
Ahora sabemos que toda la alegría
cabe en el mundo breve de esta habitación,
en el espacio ardiente y misterioso
de la cama deshecha.
La luz cansada del atardecer
dibuja sobre el tiempo islas doradas.
En un rincón del cuarto
brilla la enredadera de la música.
Un viento súbito sacude nuestros cuerpos,
y lo olvidamos todo.
Después regresan las miradas lentas,
tanta complicidad, ciertas sonrisas.
Y luego contemplamos en silencio
con qué dulzura va cayendo la noche
sobre la indiferente ciudad que nos rodea.

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