El miedo de los niños, Antonio Muñoz Molina


Eran primos segundos, pero la gente decía que se llevaban mejor que muchos hermanos. Cuando fueran mayores y a Bernardo lo hubieran operado por fin para quitarle los hierros trabajarían juntos como guardabosques o naufragarían en una isla desierta en la que poco a poco, a fuerza de trabajo e ingenio, se irían rodeando de todas las comodidades de la civilización.

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