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Mostrando entradas de abril, 2023

Por qué me comí a mi padre, Roy Lewis

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  SIETE —El secreto de la industria moderna reside en el empleo inteligente de los subproductos—comentaba con el ceño fruncido; de repente, de una brazada cogía a algún bebé que iba a gatas, le daba un buen azote, lo ponía en pie y reprendía a mis hermanas—. ¿Cuándo os daréis cuenta de que a los dos años ya tienen que dar los primeros pasos? Insisto: hay que quitarles la tendencia instintiva a la reversión hacia la locomoción cuadrúpeda. ¡Si perdemos eso, lo perdemos todo! ¡Las manos, el cerebro, todo!

Tutto chiede salvezza

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  JUEVES No soy yo el primero en decirlo, pero esto una vez fue un paraíso. Pero luego pecamos y eso nos trajo la muerte. El tiempo. La gente no lo sabe, pero ese anhelo que sienten ante la belleza es el anhelo del paraíso. Y de Dios. Pero debes tener algo en cuenta. Cúrate. Pide ayuda cuando la necesites. Pero no permitas que nadie te diga cómo es el mundo. Contémplalo todo con atención. Con libertad. ... SÁBADO ¡María! Soy un alma perdida.

Vida contemplativa, Byung-Chul Han

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  ◆ Consideraciones sobre la inactividad ▪ La inactividad tiene su lógica propia, su propio lenguaje, su propia temporalidad, su propia arquitectura, su propio esplendor, incluso su propia magia. No es una forma de debilidad, ni una falta, sino una forma de intensidad que, sin embargo, no es percibida ni reconocida en nuestra sociedad de la actividad y el rendimiento. No estamos accediendo ni a los dominios de la inactividad ni a sus riquezas. La inactividad es una forma de esplendor de la existencia humana. Hoy se ha ido difuminando hasta volverse una forma vacía de actividad. ▪ Andar paseando parsimoniosamente, comparado con el caminar, correr o marchar hacia algún lado, es un lujo. El ceremonial de la inactividad es: hacemos, pero para nada. Este para-nada, esta libertad con respecto a la finalidad y la utilidad, es la esencia de la inactividad. Y es la fórmula fundamental de la felicidad. ▪ La inactividad caracteriza al flâneur de Walter Benjamin: «La peculiar indecisión del flâneu

El informe de Brodie, Jorge Luis Borges

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  La intrusa La azarosa crónica de los Nilsen, perdida como todo se perderá. El otro duelo Quizá sus pobres vidas rudimentarias no poseían otro bien que su odio y por eso lo fueron acumulando. Sin sospecharlo, cada uno de los dos se convirtió en esclavo del otro. ... La falta de imaginación los libró del miedo y de la lástima, aunque el primero los tocó alguna vez, al iniciar las cargas. El informe de Brodie Los ornamentos que he enumerado vienen de otras regiones; los Yahoos los creen naturales, porque son incapaces de fabricar el objeto más simple. Para la tribu mi cabaña era un árbol, aunque muchos me vieron edificarla y me dieron su ayuda. Entre otras cosas, yo tenía un reloj, un casco de corcho, una brújula y una Biblia; los Yahoos las miraban y sopesaban y querían saber dónde las había recogido. Solían agarrar por la hoja mi cuchillo de monte; sin duda lo veían de otra manera. No sé hasta dónde hubieran podido ver una silla. Una casa de varias habitaciones constituiría un laberin