Diálogo con mi sombra, Pedro Juan Gutiérrez
SEXO
Estuve muchos años viviendo solo. Llevando la vida a mi manera. Podía estar con una mujer diferente cada noche. Y no pasaba nada. Todo perfecto. Era implacable. Ron, tabaco, mujeres y libertad. Eso es todo lo que necesito. Lo que me gusta es el alcohol y las mujeres. Los amigos. Conversar. Escuchar música. Estar ahí, en la terraza mirando el mar y la noche. Y no pensar en nada. Y mejor si estoy solo, en silencio. Siempre necesito la soledad. Para pensar. Para sentirme solo. Para no tener que hablar.
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ANTIHÉROES
PJG: Exacto. Una época estresante, regida por los ganadores. Los perdedores parece que son un mal ejemplo. Y nadie los mira. Se quedan atrás y los perdemos de vista. Es una de las cuestiones que hace la diferencia entre periodismo y literatura. En los medios los que aparecen son los ganadores. El héroe de turno. El ganador de hoy. No hay tiempo ni espacio para los perdedores.
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PJ: ¿Te gustan los perdedores? PJG: No me gustan. Solo me interesan. Me atrae estudiarlos. Los malos momentos. Gente que vive en situación límite. En el fracaso. Al menos a mí me interesa mucho más. No por morbosidad sino porque en esas historias aparece la parte oscura del ser humano. Una persona en situación extrema tiene que buscar energía, fuerza, para salir de esa situación. O hundirse en el desastre. Ahí es donde se conoce de qué es capaz cada uno. Cómo la parte luminosa lucha contra la oscuridad. Se crea una tensión, un campo de batalla.
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APÉNDICE
Pero la arrogancia del escritor es derrotada por dos hechos demoledores (y esto lo dijo un brillante crítico francés cuyo nombre en este momento se me escapa): en el arte no hay voluntad y en el arte no hay progreso. Si hubiera voluntad cualquiera se apartaría un momento para escribir una obra maestra. Si hubiera progreso, el último libro publicado sería mejor que El Quijote o Hamlet.
